Por Javiera Gonzalez Z.y Anita Puig G., alumnas MARQ. PUC
El conjunto Matta Viel fue construido entre los años 1953 y 1957 por los reconocidos arquitectos F. Castillo, C.G. Huidobro y H. Valdés, para la caja de empleados del Banco del Estado.
Para Valdés, como señala en una antigua entrevista a la revista CA, este conjunto” tiene el valor de una obra que aparece al final de una etapa formativa- más bien a pequeña escala- y al mismo tiempo al inicio de una nueva, de mayores y más importantes desafíos, que pusieron en su tiempo a prueba nuestra capacidad de pensar y hacer arquitectura. Señala también el momento en que nuestro equipo se ve enriquecido por la incorporación de C. Bresciani“1. Ubicado entre la avenida Matta, San Ignacio, Av. Viel y Santiaguillo, corresponde a un ejemplo interesante de visitar de residencias modernas, que respondía a una política de renovación de los barrios más antiguos y deteriorados de Santiago. Compuesto por cuatro bloques de 5 pisos, con un sector comercial en los primeros pisos de los bloque B, además de una placa comercial que une este mismo bloque con el bloque A; incorpora tipologías de departamentos dúplex con cuatro dormitorios (en los 2-3 y 4-5 pisos) y de departamentos de un piso con dos dormitorios en la planta baja de los bloques.
Sin duda una de las mayores virtudes de este conjunto es su privilegiado emplazamiento el cual fue considerado por los arquitectos al momento de desarrollar el conjunto. “Su asentamiento en la trama urbana, respetándola y reforzándola. Su integración al parque con el cual limita al poniente, relacionándose espacialmente a través de la disposición de la volumetría y espacios libres. Su estructuración ordenada y racional, concebida para obtener una real identificación arquitectura-estructura. Las experiencias y logros alcanzados con esta obra, no fueron perdidos: muchos de ellos- en cuanto a ideas generadoras de soluciones y de formas- están presentes en la “Unidad Vecinal Portales” y en otros posteriores, evidenciando en nuestra trayectoria un proceso continuo y consciente de elaboración, maduración y superación”2- explica Valdés. La identificación arquitectura-estructura a la que se refiere ha aparecido fuertemente en forma posterior al terremoto de Febrero. Los daños permitieron una clara lectura del funcionamiento de ésta, evidenciandose en las distintas fisuras ocurridas. Son pocos los daños que han mostrado los bloques. Amablemente la Señora Matilde Bravo, nos indicó los departamentos que sufrieron los mayores daños, uno de ellos es donde vive ella actualmente. Ubicado en el primer piso del bloque D, en una de las esquinas, los daños demostrados evidenciaron la forma y funcionamiento de la estructura.
Principalmente los daños sufridos son del desprendimiento de la tabiquería, construida por pandereta de albañilería de la estructura de vigas de hormigón armado.
En el exterior del bloque D, se muestra un pilar que tuvo desprendimiento del concreto, pero al ver la enfierradura se constata que no resulto deformada. Sin embargo, el daño se puede ver en los dos extremos de ese eje. Por lo que está siendo revisado por ingenieros.
El otro sector notoriamente dañado, es el del bloque B en el segundo nivel. En este, un dúplex mostró fisuras considerables, evidenciando la viga invertida proyectada para liberar el primer nivel de todo elemento estructural visible. Este departamento, por involucrar estructura soportante está siendo evaluado por un ingeniero estructural y se esta a la espera de los resultados, ya que si bien la estructura no fue dañada, es necesario evaluar y confirmar su riesgo para los habitantes y transeúntes del sector.
Una vez constatados los daños de este conjunto es inevitable preguntarse por la calidad de vida en este conjunto y el orgullo que sienten sus habitantes del lugar donde viven. La calidad de la construcción, y la seguridad que sienten de vivir en ellas es un tema relevante a analizar. La fácil lectura de los elementos involucrados en la conformación de la estructura y circulaciones ha ayudado a tranquilizar a los residentes. Encarnando parte de los preceptos de la arquitectura moderna, las circulaciones y la forma estructural son parte de la honestidad en la composición. El hecho de que las escaleras sean evidenciadas como composición de fachada y que las circulaciones sean acompañadas de una composición de espacios interiores, permite la fácil lectura y asociación con las vías de escape necesarias en estas circunstancias.
Posterior al proyecto original, en común acuerdo por los propietarios, el conjunto fue rodeado por una cierre perimetral para generar mayor seguridad hacia el interior, lo que modificó las vías de escape existentes. Sin embargo esto logro consolidar aun más los espacios interiores del conjunto consolidando las áreas de resguardo.
El último punto a analizar en este conjunto es el valor que tienen las propiedades. Sumando todas las virtudes anteriormente explicadas, los pocos daños que ha sufrido, y la envidiable ubicación y accesibilidad que tiene este conjunto, podría ser un paño en Santiago con una alta especulación inmobiliaria. Sin embargo, gracias a que en el 2009 fue declarado como Zona Típica por el Consejo de Monumento Nacionales, este conjunto está a salvo. Al ser declarado como Zona Típica, una publicación periódica nacional, indicó que los precios de los inmuebles debiesen subir de precio: “que los estudios más conservadores indican que luego que una zona ha sido declarada patrimonial, el precio de sus inmuebles puede llegar a subir hasta en un 15%. En el caso nuestro, hicimos el catastro de inmuebles del área patrimonial y a partir de ella, hicimos el siguiente cálculo: Los inmuebles son, con casi total exactitud, 1124. Si estimamos que el valor comercial promedio de los inmuebles del sector asciende a unos $40.000.000, con la declaratoria de zona patrimonial, el precio debiera ascender en $6.000.000, llegando en consecuencia a un precio de $46.000.000. Pues bien, multipliquen esos $6.000.000 adicionales por los 1124 inmuebles que hay en el sector, y advertirán que la riqueza que creamos los vecinos asciende a 6 mil setecientos millones de pesos”3